
Estufas de pellets: pros y contras
Las calefacciones de pellets son una solución válida y eficaz para quienes desean reducir su consumo de gasóleo o metano y, en consecuencia, ahorrar dinero aumentando la potencia calorífica de sus viviendas mediante el aprovechamiento de un combustible natural y renovable. Pero, ¿cuánto vale realmente? ¡Veámoslo juntos!
¿Qué es la calefacción de pellets?
Los pellets son un material compuesto por residuos de madera procedentes de diversos procesos que se recogen y prensan en pellets o pequeños cilindros de un par de centímetros de tamaño, que luego se recogen en sacos de diversos pesos.
Los pellets se queman en estufas especialmente diseñadas y equipadas con un depósito que se puede cargar, lo que permite que la estufa funcione durante varios días sin necesidad de comprobar continuamente la cantidad de material. De hecho, la estufa extrae automáticamente los pellets que debe quemar en función de la hora del día (y, por tanto, cuando la calefacción está encendida o apagada), evitando así la necesidad de consumirlo todo inmediatamente.
Las estufas de pellets pueden conectarse al sistema de calefacción existente (según el modelo) y, por lo tanto, pueden calentar toda la casa, y no sólo la habitación en la que están colocadas. Se trata, evidentemente, de un trabajo complejo para el que el bricolaje es absolutamente impracticable pero que, sobre todo si cuenta también con la ayuda de un termostato inteligente, puede aportar innumerables ventajas.
Consumo estufas de pellets
La potencia de las estufas de pellets se mide en kW (kilovatios), y la energía liberada al medio ambiente en kWh (kilovatios-hora), que corresponde a la energía proporcionada por un kilovatio de potencia en una hora de funcionamiento. Multiplicando la potencia media en kW de la estufa por el número estimado de horas que se mantendrá encendida durante el año se obtiene el consumo estimado.
Teniendo en cuenta que el consumo horario de pellets por hora de una estufa funcionando a su potencia nominal es de aproximadamente 230 g de pellets por kW de potencia, para calcular, por ejemplo, cuántos pellets consume una estufa de pellets de 12 kW en una hora a máxima potencia, es necesario multiplicar el valor de la potencia por 230.
Consumo de una estufa de pellets de 12 kW = 12 x 230 = 2760 g = aprox. 2,8 kg de pellets/hora.
Claramente, no hay que olvidar que la mayoría de las estufas de pellets deben estar conectadas a la red eléctrica para recibir la energía necesaria para el encendido, el funcionamiento del ventilador y los dispositivos de supervisión y control. Esto supone obviamente un coste añadido.
Sin embargo, en las distintas pruebas realizadas al respecto, el consumo eléctrico es absolutamente marginal tanto en los modelos que se apagan una vez alcanzada la temperatura deseada, como en las estufas con regulación automática.
Qué estufa es mejor
Es difícil decir qué tipo de estufa es mejor que otra. De hecho, es casi imposible. La elección de un aparato de ese tipo depende de muchos factores como el dinero, las necesidades familiares o el clima.
Por el precio favorable del combustible de pellets (alrededor de un 20% inferior al del gas natural) y el calor que proporcionan, las estufas de pellets son sin duda la opción más popular en la actualidad.
Además, tienen un funcionamiento relativamente sencillo y clásico. Son más limpias, modernas (gracias a los sistemas de encendido automático, turbinas para el aire caliente o función de programación) y menos laboriosas que las chimeneas o las calderas de leña, y constituyen una alternativa viable a los modernos sistemas de calefacción de gas o con bomba de calor.
Existen diferentes tipos de estufas de pellets en el mercado: estufas de pellets de aire forzado con ventilador para distribuir el calor; estufas de pellets canalizables para varias habitaciones; estufas de pellets herméticas; modelos de exterior, modelos encastrables en chimeneas y termoestufas que también pueden calentar agua caliente sanitaria y controlarse a distancia. En pocas palabras, hay mucho donde elegir.
Sin embargo, lo que hay que tener en cuenta es que no todas las viviendas pueden estar equipadas de estufas de pellets. En España, la norma UNE-EN ISO 17829:2016 cubre todos los aspectos relacionados con estos aparatos, especificando valores de eficiencia energética, de las emisiones de CO2 y otros requisitos.
Por ejemplo, una estufa de pellets debe estar homologada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y tener una salida de humos situada en un lugar seguro y conectada a una chimenea o conducto de salida de humos. Además, es obligatorio realizar una inspección anual por un técnico cualificado para comprobar el correcto funcionamiento de la estufa y la salida de humos.
Si por al menos una de estas razones no puedes equipar tu piso con una estufa de pellets, no olvides que existen otras estufas que, aunque menos adecuadas para un sistema de calefacción general, son alternativas muy viables.
Hay los modelos de etanol, un combustible líquido fabricado a partir del alcohol destilado de las plantas del azúcar, y las estufas de parafina, los modelos eléctricos y las estufas clásicas de gas o leña. Opciones prácticas y estéticas que, si bien ofrecen el confort del fuego sin las limitaciones de las chimeneas tradicionales, suponen un mayor coste energético y, por tanto, son más adecuadas para la calefacción complementaria.
Qué estufas gastan menos
Las estufas de pellets se dividen en dos grandes categorías, las estufas ventiladas que se limitan a calentar las habitaciones (y también pueden ser canalizables) y las termoestufas, que también pueden realizar las funciones de una caldera calentando radiadores y, en las instalaciones más completas, también suministrando agua caliente sanitaria, eliminando el uso de combustibles como el gas, lo que supone un ahorro energético y económico a tener en cuenta a largo plazo.
El consumo de una estufa de pellets depende de varios factores, como el volumen de la estancia a calentar, el tiempo de funcionamiento, etc. Vamos a hacer ejemplos.
Una estufa que complemente la calefacción de gas, quizás para calentar sólo una parte de la casa, por ejemplo el salón, puede estar encendida un par de horas al día. El consumo de pellets será por tanto muy bajo, consiguiendo un mayor confort térmico que la calefacción de gas a un menor coste, teniendo en cuenta el importante componente de convección/radiación que reduce la humedad en el ambiente de la instalación, aumentando la sensación de calor.
Una estufa de pellets canalizada, que por lo tanto calentará todas las habitaciones de la casa, necesitará tiempos de funcionamiento más largos, por ejemplo ocho horas al día, y por lo tanto -basándonos en lo anterior- costes más elevados, sobre todo si también se utiliza calefacción de gas. En este caso, es esencial instalarla en un punto central de la casa, optimizando así la difusión del calor y reduciendo el encendido de los radiadores.
Una termoestufa, que calienta eficazmente toda la casa gracias a la distribución del sistema, permanecerá encendida al menos cuatro o cinco horas al día, sobre todo si, además del sistema de calefacción, alimenta también el sistema de agua caliente sanitaria. En este caso, hay que tener en cuenta los costes iniciales de instalación, pero el retorno de la inversión será en cualquier caso rápido, con un ahorro medio anual de al menos el 30% respecto al coste del gas.
¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de una estufa de pellets?
Si todavía te estás preguntando si realmente es una opción ventajosa equipar el espacio de tu hogar con esta estufa de pellets, a continuación te enumeramos cuáles son los pros y los contras.
Pros:
- Optimización del consumo y alto poder calorífico;
- Utilización de combustible renovable;
- Limpieza y practicidad;
- Diseño atractivo;
- Subvenciones y deducciones fiscales;
- Rentabilidad de los pellets;
- Posibilidad de convertirlo en un sistema de calefacción central.
Contras:
- Necesidad de conexión a un sistema eléctrico;
- Necesidad de un sistema de chimenea adecuado;
- Disponibilidad de pellets en el mercado y capacidad de almacenamiento;
- Revisiones anuales;
- Elevados costes de instalación y compra.
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